Hoy es uno de esos muchos días en el que el sentimiento de soledad se ve crecido, pero no solo es necesitar sentir que estás a mi lado, es el contacto físico. No imaginas cuanto extraño tu calor cuando me acuesto, me falta sentirte pegado a mí, sentir tu brazo pasado por mi cintura, tu aliento en mi cuello, los besos en la espalda hasta que me duermo, los sustos por tus espasmos cuando te quedas dormido. Esta cama se hace un mundo porque estoy sola en ella, la relleno con almohadas y cojines, pero no sirve de nada. Voy aprendiendo a vivir sin ti, a reprimirme de llamarte cuando quiero escuchar tu voz, quiero que se acabe esto, pero ignoro la forma de conseguirlo, quisiera despertarme y decir que no me haces falta, pero no puedo, aún no, quiero que llegue ese día en el que piense en tí como alguien más, hasta entonces solo me queda el dolor de tu ausencia, porque aunque ya la conociera siempre se resolvía, ahora sé que no...
Necesitaba desahogarme, aunque realmente no sé si quiero que alguien lea esto.
