The Mad Hatter's Touch

miércoles, febrero 22, 2006

La flor que se marchita

Me he pasado cerca de 20 minutos mirando el ramo de margaritas color malva que compró mi padre para mi habitación, muchas de ellas estaban cerradas cuando llegaron aquí hace unos días, hoy las hojas se empiezan a poner amarillentas y los pétalos pronto empezarán a arrugarse, varios capullos están floreciendo ahora, poco puedo hacer por salvar esas flores, sólo cambiarles el agua y recortarles los tallos para que puedan seguir "alegrando" esta habitación en la que se respira tristeza.

Mi padre dice que últimamente tiendo a encerrarme aquí, es verdad, a veces incluso como sobre el escritorio, y la puerta siempre está cerrada, es más me inquieta que se quede abierta mientras estoy dentro. Me gusta estar aislada, soy poco social. Según él yo antes era la alegría personificada y rebosaba vitalidad, se pregunta por qué he cambiado tanto y sin darse cuenta...

No lo sé, no se por qué he cambiado, tan solo se a qué he cambiado, me he vuelto una persona sumamente reflexiva y muy pasiva para ciertas cosas. Aunque ser reflexivo sea bueno porque indica que soy un ser pensante, no me alegra serlo de una forma tan extrema, doy demasiadas vueltas a todo y al final para nada porque acabo actuando según me guían los impulsos. Y cuando me encierro en mi soledad en la oscuridad, sufro porque pienso cosas que sé que están de más, no se...

No encuentro sentido a nada, ni tampoco encuentro una motivación para seguir buscándoselo, estoy hastiada de todo, y aún así sigo adelante, sé qué es lo que me hace seguir adelante, es la esperanza de encontrar alguna respuesta, respuesta ansiada que nunca parece llegar.